domingo, 30 de diciembre de 2012

Me bañe en una fuente.



Los sueños se hacen realidad.



Este dos mil doce vaya que fue genial. Definitivamente es más fácil llegar cuando sabes a donde vas.


Sin duda el asunto de salir a media noche con la maleta funcionó y bien. Quizás el vestido largo, escotado y amarillo que use para despedir el 2011 también influyó, o quizás todas esas cosas son patrañas y simplemente hice lo correcto para lograr lo que esperaba. Ni suerte ni azar ni cábala, simplemente muchas ganas.


El año comenzó relajado, relajadísimo, con dos semanas de esparcimiento natural versus shopping en la hermosa isla de Margarita-Coche y un poco de Puerto la Cruz. De recuerdo me quedo una pantalla de 32 pulgadas, unos zapatos de tres colores y un álbum de fotos en el que autoproclame que vivo para vacacionar y trabajo para pagar las vacaciones.


Febrero no pudo estar mejor. Resulta que el carnaval lo pase en Brasil, me quede en una casa con piano y chelo, camine muchísimo y volví para organizar una gran y fabulosa fiesta de aniversario que resultó, como todas las fiestas que organizo, todo un éxito del que hablaron por semanas.


Así continuaron los días y para semana santa cumplía otro sueño/meta/ideaLoca ; cinco días entre naturaleza, caminando, acampando, con todo lo que necesitaba en un morral a la espalda, descubriendo que siempre somos capaces de dar más de lo que creemos, que cuando prestas atención escuchas sonidos que antes no conocías aunque sonaban a tu alrededor, superas los miedos que antes te dejaban sin movimiento y caminas sintiéndote libre como el viento, como el pensamiento, sin ganas de volver.


Además descubrí que sé cocinar, en serio, ahora resulta que hasta veo programas de cocina, aprendo recetas, compro ingredientes y lo mejor, a la gente le gusta lo que preparo.


Con los días, en la vida, conocí gente, mucha, ahora tengo más amigos, uno que otros que quedaron siendo solo conocidos y un par de personas a las que de seguro haré reír nuevamente pero en un paisaje diferente.


No me puedo olvidar del teatro, porque aunque no he logrado cuadrar mi horario para las clases de actuación, igual estuve sobre las tablas, en los ensayos, en la obra, tras el telón, en bastidores… claro estaba tocando.


Las vacaciones llegaron, fue el momento de compartir con mi familia viajar a los andes, vivir en una cabañita a la cual solo le faltaban los osos, jugar a Romeo y Julieta, bailar con los diablos de Yare y mirar a través de sus ojos.


La gran sabana se quedo esperándome, lo bueno es que sé que aún esta allí.


Comprendí que me gusta el buen vino, el silencio, mis amigos, las artes y la música… La música es capaz de enamorarme.


Enserio, luego toco ponernos serios y creernos en pleno American Idol y aunque por un momento tuve la certeza de que no teníamos la menor idea de lo que hacíamos, resulto que todo salió muy bien.


En medio de toda la locura y el dolor de pies, no hubo ánimos de organizar TheBigParty por el contrario me tocó jugar a ser Dj por una hora, mientras me llamaban del otro lado del mundo para desearme un feliz cumpleaños. Desde entonces me acompaña el Oso, una grande y hermoso, que además ahora tiene un gato loco que vino para darle alegría y hacerle compañía.


Este año el paraíso tomó nuevos matices, el atardecer a orillas de la playa se convirtió en brillantes y bailables madrugadas que terminaron amaneciendo en una envidiable calma. Este año comprendí que soy una buena amiga, quizás la mejor de las amigas y que ahora cuento con la amistad de personas a las que antes solo admiraba.
 

La música de pronto se hizo presente y créanlo o no hasta me llamo el presidente; en cuestión de tres días toque Jazz, y algo de… de… de… de un noseque difícil de explicar que simplemente me pareció genial.


Comprendí que pueden haber muchos amaneceres, que el sol sale cada día pero solo a veces estas lo suficientemente despierto para ver como con una especie de “dimer” mágico la luz gradualmente te va a alumbrando y los pajaritos en crescendo te cantan los buenos días con una perfecta armonía.




Hay otras cosas divertidas de contar,

aunque no tienen sentido en realidad;

desde las azoteas se ven mejor las estrellas,

aunque hay gente que a ser pararrayos  tema.

El veneno viene en frascos pequeños,

algunos son buenos para guardar  secretos.

Y aunque luzcan bien,

las cosas  grandes pueden ser un big fail.


I told you so el 2012 rockeo.


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OMGabi!



P.D. Sí, el 30 fui y me bañé en la plaza.


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