martes, 2 de octubre de 2012

Ojala Saramago supiera...


Ni política, ni  políticos,  ni politiqueros.



Ni ní, me siento como cuando se te pasa la hora del almuerzo y llegas a las 3.30 pm a algún restaurant con muchísima hambre, pides el menú y ves algo que te provoca, lo pides pero no lo hay - ya se acabo - entonces pides otra cosa que no es lo que te provocaba pero que sirve para resolver y tampoco hay  - también se acabo – ¿aja y esto? No, ese plato ya no lo servimos… y uno termina diciendo: aja pero, ¿qué tenéis? Te ofrecen cualquier cosa (que si fuera buena ya los demás se la habrían comido) y terminas eligiendo  algo que no te gusta y pensando que habría sido mejor ir hacerte comida en tu casa.

Ni ni.

No creo en la política mal llevada, en esos que prometen y regalan cuando están en campaña, me recuerdan ese terrible dicho que dice: “prometer y prometer hasta lograr meter y después de metido olvidar lo prometido” (y me disculpan la insolencia).

¿Cuántos políticos han cumplido lo que han ofrecido en las campaña?

Pero igual, y si lo cumplieran… ¿qué ofrecen? ¿Regalar casas? ¿Regalar becas de estudio? ¿Pagarte porque ya estas viejo? Y me pregunto: ¿y así arreglamos el país? ¿En serio? Porque parece muy fácil, pongan a un mono que lo haga y listo.

El problema de regalar una casa, un “petrobono”, un racimo de cambures, lo que sea, es que la gente no suele valorar lo que no les ha costado esfuerzo, supongo que en el fondo sentimos que si lo perdemos igual nos pueden regalar otro y ya, sin mucho esfuerzo lo recuperamos.

Supongamos que vemos una familia muy pobre, una familia que invadió un terreno y se rebusco para comprar 5 láminas de zinc y armó su ranchito, hablemos de una familia de papá, mamá, y dos hijos - una niña un niño-. La invasión colapsa, sin cloacas, sin luz, sin carretera… sin planificación. Llovió y todo es un caos, sí son un caos las avenidas principales, imaginen como será el barrio.

Entonces llega el gobernante/político Fulanito y les ofrece casas,  con suerte para la familia, las casas se construyen y se las entregan; de un día vivir en medio de la catástrofe, en la mañana vives en una modesta urbanización, asfaltada, con parques, con cuatro paredes resistentes y un techo sin goteras, cuartos para cada uno, ya no hay necesidad de vivir todos amontonados; lo mejor ES GRATILON.

Pues sí, el problema esta resuelto aparentemente. Ya no se inunda el rancho… pero van a pasar los años,  la gente no le hace mantenimiento a la casa, no la re impermeabilizan, no barren el frente sino que lo riegan y aquella aguasón en la carretera, se daña el asfalto etc, etc. ¿La familia lo arregla? ¿Se organiza con los vecinos y resuelve? No que va. La familia se acuerda como consiguió esa casa, entonces agarran cuatro chivas (cauchos viejos) , tres palos y dos ramas secas,  trancan la calle con mayor tráfico cercana a la urbanización y vuelve el caos. Aparecen los medios y reportan la noticia, aparecen los criticones y le echan la culpa a FULANITO o a Menganito (en caso tal que ya se haya acabado el periodo de Fulanito). Y entonces al gobernante de turno le toca invertir dinero del estado para volverles a resolver la vida – para que esto no se le convierta en mala imagen.

¿El problema esta resuelto no?

Pues los hijos crecieron, ahora la hija tiene marido y esta embarazada, su hermano también tiene mujer y también esta preñada. ¿Y donde viven ahora? Pues allí, en la casa que les dio Fulanito, total, cada quien tiene su cuarto, ahora donde vivía uno, vive una familia entera, en la casa donde vivían 4 ahora viven 8 y vienen mas muchachos en camino. La convivencia se vuelve difícil ¿y ahora que hacemos? “Vamos a pedirle al político que esta en campaña, que como esta en campaña ese algo nos da”. ¿Y si el político no nos da? Sencillo, buscamos un terreno, invadimos, compramos 5 láminas de zinc y que se renueve el proceso.

Apliquemos ahora lo mismo para los uniformes escolares, para la comida, para los juguetes en navidad, para la universidad privada, para los viejitos… a todos regalémosle lo que les haga falta porque los cobres no les alcanza…  ¿cómo van a alcanzar? Si ahora los hijos de la familia a la que regalaron la casa hace años, cada uno tiene uno o dos ex (ex marido, ex mujer, ex esposa, ex resuelve) y con cada uno de esos ex tuvieron uno o dos hijos. ¿Cómo te va a alcanzar para pagar tantos colegios? ¿Tantos útiles? Cómo te vas a dedicar a estudiar si lo que tienes es que trabajar en lo que sea para que al menos las criaturitas tenga algo que comer en el día.

Porqué en vez de regalar y regalar cosas como si constantemente fuera navidad, mejor les regalamos valores, los enseñamos que la familia es primero, que se debe pensar antes de actuar, que se deben tener relaciones estables y duraderas, porqué mejor no les enseñamos que el trabajo justo y honrado es la forma de ir consiguiendo la casa, la comida, los juguetes…
Pues no. No, porque resulta que en barrio el que tiene mas plata es el carajo que tiene un trabajo de dudosa reputación, ese que de pronto tiene un camioneton, un pistolón y que no se sabe qué es lo que tanto le produce.

El carajo con plata que no hace nada legal y que trafica algo, roba algo, o mata a alguien a cambio de dinero, ese que se canso de vivir en la pobreza, en la miseria, en el caos, en el rancho que se llueve, el que se canso de esperar que le regalaran y empezó a tomar lo que quería.

Ese, se convierte en el ejemplo a seguir, en el que muchos admiran, y con el que chamos y chamas quieren trabajar, porque “ese si esta en la buena”. ¿Y porque no? Si el sistema de justicia no funciona, si al que roba nunca lo encuentran, si pedir rescate por un carro robado es de lo mas normal (y pagar el rescate y la vacuna es aun mas normal todavía) si la muerte de los inocentes queda impune, a menos que sean hijos de un político, o una estrella de rock, actor, o deportista… porque si sois el hijo del barrio, muerto y enterrado… y ya.

Entonces se reproduce la delincuencia, además, si es que en algún momento te agarran,  vais pa’ la cárcel y allí es donde esta la mafia de verdad. Y qué tiene de malo, si ya la gente no quiere ser como el chapulín, ni como los Power Rangers, si Batman es un pobre pendejo disfrazado, ahora todos queremos ser  Pablo Escobar o una muñeca de la mafia.

Las chamas… esas que ven en televisión todos los días que para protagonizar la novela hay que tener tremendas lolas, una cintura imposible y unas buenas nalgas brasileñas… esas que empiezan a trabajar desde bachillerato en lo que sea, pero no para pagarse la universidad, sino para reunir y poder operarse, esas que anhelan andar con el carajo con plata del barrio – ese del que ya hablamos – y están claras de que si quieren pasear en su yate por los cayos un 90 60 90 ya no es suficiente, tienen que tener AUN mas.

Pero hay otra gente en el país, la que por fortuna no vive en el barrio, a la que no le preocupa que se le llueva el rancho porque tienen la suerte de haber crecido en una buena casa, con vigilantes privados, niñeras, nanas y nodrizas. A esta familia, la Familia A,  le preocupa que ya no tienen dólares baratos para ir al extranjero, que ya no pueden disfrutar libremente sus viajes, les preocupa que la crisis haga que sus negocios experimenten una baja en sus ventas.
A la familia A el político les ofrece otras cosas, les ofrece mas crédito para crecer el negocio, les ofrece facilidades para encontrar los dólares.,. qué se yo que les ofrece, no soy familia de los A.

¿Un político va a resolver eso? Me gustaría verlo… porque no lo han resuelto ni en una ciudad – bueno Irene hizo que sus policías en motopatin se vieran cuchis, mas no se si resolvió los demás problemas…

Cuando un político ofrezca cultura, cultura familiar, cultura de respeto, cultura de trabajo, cultura de oportunidad, y no solo la ofrezca sino que además explique como pretende lograrlo, ese día quizás vaya a una marcha aquí o en la china, antes no, que caminen ellos, que brinquen, que salten, que den discursos, que gasten la plata en vallas gigantes, en comerciales de radio, de tv, en franelas para regalar, en afiches, en gorras, en boinas… en promesas.

Yo mejor camino para ir hacia adelante, y ayudo a todos los que pueda. Igualito voy a votar, para luego al menos poder quejarme con propiedad, para luego poder exigir que se cumplan las falsas promesas y las mentiras de campaña.

Como me gustaría poder vivir como los habitantes del “Ensayo de la lucidez” del escritor José Saramago, un libro en el que la sociedad decidió que no necesitaban gobierno, que necesitan era organizarse ellos, no votaron ni por uno ni por otro, los políticos se fueron de la ciudad pensando que la gente se iba a arrepentir y se las iba a pagar, y resulta que disminuyo la delincuencia (aun sin policía) ellos mismos barrieron sus calles (aun sin aseo urbano) y resolvieron sus conflictos pacíficamente (aun sin asambleas) … ojala Saramago supiera como lograr en un país real esa Lucidez, ojala Saramago supiera…

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