martes, 18 de septiembre de 2012

Si me dieran a elegir, elegiría ser feliz.

¿ Dinero = Felicidad ?  



En realidad ya decidí. Creo que desde muy chama, con 13 o 14 años me di cuenta que quería vivir para la felicidad.

“hay quienes viven para trabajar y hay quienes trabajan para vivir”
No tengo idea de quien haya dicho esa frase primero, pero yo la oí de un profesor de matemáticas en el liceo. Desde entonces comprendí que quería estudiar y trabajar en algo que me proporcionara grandes dosis de alegría, algo que me pareciera tuviera un buen propósito, me retara cada día a pensar y me alejara de la monotonía.

Soy feliz.

Sin embargo me intriga ver personas, amigos y  allegados que viven o mejor dicho “sobreviven” haciendo lo que les toco, o lo que hay; gente que se rindióGente que estudió “lo que les salió” o lo que les pareció más fácil y suponían iba a ser mas rentable; las mismas personas que no disfrutan sus domingos por estar atormentándose pensando que mañana es lunes, esos que odian a su jefe y aún más su horario de trabajo, aquellos que “jalan” los puentes y se alegran hasta de tener gripe o de sacarse una cordal porque eso les garantiza unos días libres.

¿Qué pensará esa gente? En serio, necesito saber qué piensan, qué los mantiene amarrados/encerrados en esa cámara de tortura en la que se convirtió su vida. Quién les habrá dicho que no se puede soñar, que las metas son inalcanzables y que la fórmula es: 

dinero = felicidad

Si trabajas en algo que te genera excelentes ingresos pero también te produce urticaria, picazón, fatiga y diarrea crónica (en especial los lunes por la mañana…) ¿en serio vale la pena aplicar dinero = felicidad?

Esa cuenta a mi no me da, un trabajador promedio tiene 15 días de vacaciones al año más los fines de semana (8 días cada mes, por 12 = 96 al año); 96 + 15 = 111. Supongamos que unos 10 días feriados, 121.

Me sigue pareciendo mal negocio esperar sólo a los 121 días libres al año para “ser feliz” y vivir amargado los otros 244.

El reto es armarse de valor, ponerse las gomas y salir dispuestos a perseguir y alcanzar los sueños. Despertarse en la mañana emocionado pensando en lo que te toca hacer, responder a los Buenos Días con una sonrisa y no preguntando con cara de amargado ¿qué tienen de buenos? Esperar las 6 de la tarde o el final de la jornada de trabajo con emoción, pero por tener algún plan entretenido ( ir hacer deporte o a estudiar algo, disfrutar de algún hobbie, visitar a tus amigos…) y no simplemente porque ¡saliste de eso! Y ahora vas camino a tu casa quejándote de las colas, apurado por llegar a sufrir viendo la novela.

Recuerda:
Tienes la oportunidad de elegir.
Y puedes elegir ser feliz.


OMGabi!

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