Ni política, ni políticos, ni politiqueros.
Ni ní, me siento como
cuando se te pasa la hora del almuerzo y llegas a las 3.30 pm a algún
restaurant con muchísima hambre, pides el menú y ves algo que te provoca, lo
pides pero no lo hay - ya se acabo - entonces pides otra cosa que no es lo que
te provocaba pero que sirve para resolver y tampoco hay - también se acabo – ¿aja y esto? No, ese
plato ya no lo servimos… y uno termina diciendo: aja pero, ¿qué tenéis? Te
ofrecen cualquier cosa (que si fuera buena ya los demás se la habrían comido) y
terminas eligiendo algo que no te gusta
y pensando que habría sido mejor ir hacerte comida en tu casa.
Ni ni.
No creo en la política mal
llevada, en esos que prometen y regalan cuando están en campaña, me recuerdan
ese terrible dicho que dice: “prometer y prometer hasta lograr meter y después
de metido olvidar lo prometido” (y me disculpan la insolencia).
¿Cuántos políticos han cumplido
lo que han ofrecido en las campaña?
Pero igual, y si lo cumplieran… ¿qué
ofrecen? ¿Regalar casas? ¿Regalar becas de estudio? ¿Pagarte porque ya estas
viejo? Y me pregunto: ¿y así arreglamos el país? ¿En serio? Porque parece muy
fácil, pongan a un mono que lo haga y listo.
El problema de regalar una casa,
un “petrobono”, un racimo de cambures, lo que sea, es que la gente no suele
valorar lo que no les ha costado esfuerzo, supongo que en el fondo sentimos que
si lo perdemos igual nos pueden regalar otro y ya, sin mucho esfuerzo lo
recuperamos.
Supongamos que vemos una familia
muy pobre, una familia que invadió un terreno y se rebusco para comprar 5 láminas
de zinc y armó su ranchito, hablemos de una familia de papá, mamá, y dos hijos
- una niña un niño-. La invasión colapsa, sin cloacas, sin luz, sin carretera…
sin planificación. Llovió y todo es un caos, sí son un caos las avenidas
principales, imaginen como será el barrio.
Entonces llega el gobernante/político Fulanito y les ofrece
casas, con suerte para la familia, las
casas se construyen y se las entregan; de un día vivir en medio de la
catástrofe, en la mañana vives en una modesta urbanización, asfaltada, con
parques, con cuatro paredes resistentes y un techo sin goteras, cuartos para
cada uno, ya no hay necesidad de vivir todos amontonados; lo mejor ES GRATILON.
Pues sí, el problema esta
resuelto aparentemente. Ya no se inunda el rancho… pero van a pasar los años, la gente no le hace mantenimiento a la casa,
no la re impermeabilizan, no barren el frente sino que lo riegan y aquella
aguasón en la carretera, se daña el asfalto etc, etc. ¿La familia lo arregla? ¿Se
organiza con los vecinos y resuelve? No que va. La familia se acuerda como
consiguió esa casa, entonces agarran cuatro chivas (cauchos viejos) , tres
palos y dos ramas secas, trancan la
calle con mayor tráfico cercana a la urbanización y vuelve el caos. Aparecen
los medios y reportan la noticia, aparecen los criticones y le echan la culpa a
FULANITO o a Menganito (en caso tal
que ya se haya acabado el periodo de Fulanito). Y entonces al gobernante de
turno le toca invertir dinero del estado para volverles a resolver la vida –
para que esto no se le convierta en mala imagen.
¿El problema esta resuelto no?
Pues los hijos crecieron, ahora
la hija tiene marido y esta embarazada, su hermano también tiene mujer y
también esta preñada. ¿Y donde viven ahora? Pues allí, en la casa que les dio Fulanito, total, cada quien tiene su
cuarto, ahora donde vivía uno, vive una familia entera, en la casa donde vivían
4 ahora viven 8 y vienen mas muchachos en camino. La convivencia se vuelve
difícil ¿y ahora que hacemos? “Vamos a pedirle al político que esta en campaña,
que como esta en campaña ese algo nos da”. ¿Y si el político no nos da?
Sencillo, buscamos un terreno, invadimos, compramos 5 láminas de zinc y que se
renueve el proceso.
Apliquemos ahora lo mismo para
los uniformes escolares, para la comida, para los juguetes en navidad, para la
universidad privada, para los viejitos… a todos regalémosle lo que les haga
falta porque los cobres no les alcanza… ¿cómo
van a alcanzar? Si ahora los hijos de la familia a la que regalaron la casa
hace años, cada uno tiene uno o dos ex (ex marido, ex mujer, ex esposa, ex
resuelve) y con cada uno de esos ex tuvieron uno o dos hijos. ¿Cómo te va a
alcanzar para pagar tantos colegios? ¿Tantos útiles? Cómo te vas a dedicar a
estudiar si lo que tienes es que trabajar en lo que sea para que al menos las
criaturitas tenga algo que comer en el día.
Porqué en vez de regalar y
regalar cosas como si constantemente fuera navidad, mejor les regalamos
valores, los enseñamos que la familia es primero, que se debe pensar antes de
actuar, que se deben tener relaciones estables y duraderas, porqué mejor no les
enseñamos que el trabajo justo y honrado es la forma de ir consiguiendo la
casa, la comida, los juguetes…
Pues no. No, porque resulta que
en barrio el que tiene mas plata es el carajo que tiene un trabajo de dudosa
reputación, ese que de pronto tiene un camioneton, un pistolón y que no se sabe
qué es lo que tanto le produce.
El carajo con plata que no hace
nada legal y que trafica algo, roba algo, o mata a alguien a cambio de dinero,
ese que se canso de vivir en la pobreza, en la miseria, en el caos, en el
rancho que se llueve, el que se canso de esperar que le regalaran y empezó a
tomar lo que quería.
Ese, se convierte en el ejemplo a
seguir, en el que muchos admiran, y con el que chamos y chamas quieren
trabajar, porque “ese si esta en la buena”. ¿Y porque no? Si el sistema de
justicia no funciona, si al que roba nunca lo encuentran, si pedir rescate por
un carro robado es de lo mas normal (y pagar el rescate y la vacuna es aun mas
normal todavía) si la muerte de los inocentes queda impune, a menos que sean
hijos de un político, o una estrella de rock, actor, o deportista… porque si sois
el hijo del barrio, muerto y enterrado… y ya.
Entonces se reproduce la delincuencia,
además, si es que en algún momento te agarran,
vais pa’ la cárcel y allí es donde esta la mafia de verdad. Y qué tiene
de malo, si ya la gente no quiere ser como el chapulín, ni como los Power Rangers,
si Batman es un pobre pendejo disfrazado, ahora todos queremos ser Pablo Escobar o una muñeca de la mafia.
Las chamas… esas que ven en
televisión todos los días que para protagonizar la novela hay que tener
tremendas lolas, una cintura imposible y unas buenas nalgas brasileñas… esas que
empiezan a trabajar desde bachillerato en lo que sea, pero no para pagarse la
universidad, sino para reunir y poder operarse, esas que anhelan andar con el
carajo con plata del barrio – ese del que ya hablamos – y están claras de que
si quieren pasear en su yate por los cayos un 90 60 90 ya no es suficiente,
tienen que tener AUN mas.
Pero hay otra gente en el país,
la que por fortuna no vive en el barrio, a la que no le preocupa que se le
llueva el rancho porque tienen la suerte de haber crecido en una buena casa,
con vigilantes privados, niñeras, nanas y nodrizas. A esta familia, la Familia
A, le preocupa que ya no tienen dólares
baratos para ir al extranjero, que ya no pueden disfrutar libremente sus
viajes, les preocupa que la crisis haga que sus negocios experimenten una baja
en sus ventas.
A la familia A el político les
ofrece otras cosas, les ofrece mas crédito para crecer el negocio, les ofrece
facilidades para encontrar los dólares.,. qué se yo que les ofrece, no soy
familia de los A.
¿Un político va a resolver eso?
Me gustaría verlo… porque no lo han resuelto ni en una ciudad – bueno Irene
hizo que sus policías en motopatin se vieran cuchis, mas no se si resolvió los
demás problemas…
Cuando un político ofrezca
cultura, cultura familiar, cultura de respeto, cultura de trabajo, cultura de
oportunidad, y no solo la ofrezca sino que además explique como pretende
lograrlo, ese día quizás vaya a una marcha aquí o en la china, antes no, que
caminen ellos, que brinquen, que salten, que den discursos, que gasten la plata
en vallas gigantes, en comerciales de radio, de tv, en franelas para regalar,
en afiches, en gorras, en boinas… en promesas.
Yo mejor camino para ir hacia
adelante, y ayudo a todos los que pueda. Igualito voy a votar, para luego al
menos poder quejarme con propiedad, para luego poder exigir que se cumplan las
falsas promesas y las mentiras de campaña.
Como me gustaría poder vivir como
los habitantes del “Ensayo de la lucidez” del escritor José Saramago, un libro
en el que la sociedad decidió que no necesitaban gobierno, que necesitan era
organizarse ellos, no votaron ni por uno ni por otro, los políticos se fueron
de la ciudad pensando que la gente se iba a arrepentir y se las iba a pagar, y
resulta que disminuyo la delincuencia (aun sin policía) ellos mismos barrieron
sus calles (aun sin aseo urbano) y resolvieron sus conflictos pacíficamente
(aun sin asambleas) … ojala Saramago supiera como lograr en un país real esa
Lucidez, ojala Saramago supiera…
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